En la ruta se escucha el crujir de la nieve y los sonidos de uno mismo. Es un paseo que doy para respirar entre los árboles y ver los autos pasar a lo lejos, en silencio, salpicando barro helado a las cunetas. La noche es diáfana, de un azul claro, como de amanecer, a veces violeta.
enero 4, 2007 en 10:26 am
lindo paisaje interno
enero 8, 2007 en 10:13 pm
Perdón, no te he dado las gracias por el lindo comentario, que es el primero de este mi nuevo blog.