3. La vida sin Loli.
Valdepeñas, el apellido de La Niña Viajera, había unos pocos en el listín telefónico. En esos días libres, llamé a todos. Dejé mensajes en contestadores, incluso ordené una caja de vino tinto a la delegación argentina de la empresa española del mismo nombre. Pero ninguno correspondía con el número de La Niña Viajera. Me cansé de indagar sin resultado y decidí esperar a que ella misma diera noticias.