Me caigo de sueño, todavía no se me ha ido el jet lag de los cojones. Llevo dos días despertándome a las 5.30 de la madrugada, o sea, todavía de noche. Leo los titulares de los periódicos (estoy quitándome el vicio de leer los artículos enteros: ya no voy a tener tiempo para saber si en Bután se ha restablecido el orden y cosas así), con el ojo todavía pegado sigo mirando mi manual de profesor de español (instructor le llaman aquí al estudiante de posgrado que disfruta de una beca de asistente de profesor, como es mi caso) y hablo un rato por el Skype con mi padre. Más tarde bajo unas empinadísimas escaleras, y luego otras, hasta la cocina de Marilyn, una señora de mediana edad que vive en el porche cubierto de su casa de 1830. Duerme ahí y no en una habitación como haría cualquiera por dos razones: porque es una enamorada de su frondoso jardín y porque su antigua habitación, que quizás un día compartió con su marido, es ahora un trastero.
También es un trastero la habitación contigua a la mía, la del maniquí con traje de señora pero sin cabeza, y el pequeño pasillo que conecta mi cuarto con el baño. La casa huele a viejo, es vieja. Hoy he quitado la alfombra de mi pieza después de aspirarla porque a mí me alquilaron la habitación para disfrutarla solo. Y no con cuarenta mil huéspedes más, llámense ácaros o como se quiera. Ya se me están empezando a ir los picores por todo el cuerpo de estos días. Hoy he amanecido con una picadura en una muñeca y otra en la sien izquierda. También he aspirado el colchón, y el sillón de Ikea. A ver si gano la guerra a estos intrusos.
Por lo que digo parecerá que no, pero la habitación es una maravilla, vieja pero maravillosa. Ahora mismo tengo esta vista al otro lado de mi escritorio y de mi lámpara ‘art noveau’ con campana roja y amarilla (falta el morado para que proyecte tonalidades republicanas): veo un pino bestial. Esto es lo que soñaba encontrar cuando imaginaba dónde iba a vivir en EE UU, un paisaje verde al otro lado de mi ventana. Tengo otras dos pero por esas miro menos. Se ven la carretera y dos casas de madera, una de ellas diría que es la de ‘Psicosis’ sino fuera porque ésa sé que estaba en California.
Yo estoy en Pensilvania, donde los vampiros. No, es broma. El nombre de este estado a medio camino entre Nueva York y Washington DC, se lo debemos a William Penn, un hijo de un banquero al que el rey de Inglaterra debía unos millones y en pago de la deuda le dio unas tierras en América. Según me ha contado mi amigo Pep, el chico se hizo cuáquero, o sea, protestante, y se montó una comuna por el campo a 30 kilómetros de aquí, donde acogió a otros disidentes como los ‘amish’, que le dan la espalda al progreso y se dedican a la artesanía y la pastelería, a cultivar y criar animales, sin electricidad, tele u otras zarandajas modernas. Últimamente al parecer usan algo de gasolina para calentar sus hogares y dejan que alguien conduzca en su lugar cuando no tienen más remedio que desplazarse a algún sitio. Mientras, tiran de carro de caballo. Pero no sé qué estoy contando si ya habréis visto ‘Único testigo’, con Harrison Ford. Un día haré una visita a los ‘amish’. A lo mejor para entonces tengo una cámara que pueda descargar en mi ordenador.
Llevo desde el lunes en este caserón que cruje y pica como si estuviera vivo. Porque está partido en dos y sé que al lado vive gente, sino estaría acojonado con los ruidos de pisadas y los temblores de cristales cuando llega un coche y aparca junto a la valla de madera. En estos primeros días de mi nueva vida no dejo de pegarme sustos. Bajo a la cocina y de repente oigo a Marilyn saludarme y doy un bote; voy caminando a la estación de tren desde el campus y, al oír una voz a mis espaldas, doy un brinco. El señor sólo quería preguntarme si el semáforo tardaba mucho en ponerse verde. «Perdón, no quería sobresaltarle», se excusa luego con ese formalismo tan pegajosamente amable que tienen los gringos en la calle, las tiendas, los restaurantes. Nadie se despide sin un «que pase un buen día». A mí me pilla tan desprevenido que nunca llego a contestar. Pero es que todavía se me escapan algunas cosas: hoy me ha tenido que preguntar tres veces el dependiente del Zara de Filadelfia si metía el tiquet en la bolsa.
No tengo hambre, me he comido un trozo de pastel de moras y melocotón que les he comprado a unas ‘amish’ en el Market East. Tengo sueño, quizás me recueste en el sillón a terminar de ver ‘Apocalipto’, que empecé a ver en internet anoche. También puedo ver ‘Antes del atardecer’, esa peliculita romántica de Julie Delpy, que me ha prestado Pep. El otro día vi, también ‘online’, una que ha dirigido la actriz francesa, muy bonita y entretenida. No recuerdo cómo se llama. Estoy que me caigo. Son las 20.42 del 16 de agosto de 2008. Tengo sueño. Igual me cambio de casa, igual me compro un coche, ahora no tengo ganas de explicar por qué. Voy a dormir. Ni siquiera tengo fuerzas para contar que hoy he comido en un puesto de comida china, sentado a la barra en una banqueta. Igualito que en ‘Blade Runner’.
agosto 17, 2008 en 4:36 am
Muy buena descripcion de tu estadia de los primeros dias!! provoca seguir leyendote, espero no nos abandones..un abrazo
agosto 17, 2008 en 10:13 am
Coño primo!! Te estaba viendo. Lo describes fenomenal!! Cuidaté mucho. Está a punto de empezar la final de tenis de los Juegos Olímpicos que como no la juega Nadal. A ver si nos da una alegria. Supongo que estarás grogi a estas horas pues allí es hora de eso. La verdad es que estar a gusto donde vivas es vital. Me alegro que tengas unas vistas reconfortantes pues eso da vitaminas al body.
Ya estamos en contacto.
Desde Santa Pola un beso muy fuerte. Te queremos.
agosto 17, 2008 en 11:48 am
Que Alegría saber de tí, Andrés.
Me has dejado boquiabierto con tu texto. Coincido con Carmelo, estábamos viendote ¡¡¡¡
Yo te escribo desde Elche, a punto de salir para Coruña. Me marcho unos días de vacaciones y haré el camino de Santiago desde Pirineos.
No dejes de escribir. Un fuerte abrazo amigo
Enrique
agosto 17, 2008 en 11:55 am
A propuesta de tu primo que está hecho un zanguango en el sofá sin pestañeo viendo las Olimpiadas, teclea una servidora. Oye…esa casa donde te alojas parece la de «Los puentes de Madison».Bueno espero que hagas unas buenas «Américas».Abrazos de los Gavaldá. No queremos perder detalle de tu estancia.BESOS
agosto 17, 2008 en 5:17 pm
Te sigo a donde vayas
😉
Abrazos!!
agosto 17, 2008 en 8:31 pm
Gracias Natalia, Carmelo, Enrique, Pilar (y Jorge olímpico) y Héctor por venir a ‘verme’. Me alegra que me veáis en lo que escribo. Vamos a ver si consigo también que lo viváis.
Pilar, no es la casa de ‘Los puentes de Madison’, ésta tiene dos pisos y un sótano que da al jardín. La señora no se parece a Meryl Streep, quizás tenga un aire a Sally Field (‘No sin mi hija’).
agosto 18, 2008 en 6:16 am
Hola! Vine a Elche un rato a «l´albá» (por que se ha convertido en un encuentro familiar lleno de pequeños «clichés» entrañables y que yo aprovecho vivir mientras vivo) ; pero no pude ni enchufar el ordenador pues nos volvimos a la Santa en cuanto acabó. Hoy estoy aquí para consulta médica ( me toca) y lo primero que hago es leerte y escribirte.
Me imagino que las reacciones de tu cuerpo irán adaptándose pronto al ambiente . Donde fueres…¡Ojo ! no te pases, tu,lo justito…A mi me gustas como eres.
Ya me dijo tu padre cómo ibas y que quizá tengas que comprarte un coche. Tengo ganas de saber muchas cosas de ti siempre, asi es que vendré todas las semanas para leerte. Soy tan «justita», border line que dicen los informes médicos, que una vez pagué media hora para utilizar un ordenador en un sitio de esos donde te dan una especie de clave para entrar a leer tu correo, que se me fue el tiempo intentando averiguar cómo tendría que hacerlo y no leí nada…
Aunque tarde un poco ya sabes que estoy deseando encontrarme contigo y te contestaré.Es bueno ir descubriendo de tus escritos los puntos de tu realidad entre tu frondosa imaginación. Es todo un ejercicio seguirte y me encanta. Un abrazo de tu tía, que lo es
Helia
agosto 18, 2008 en 9:38 am
Hermanico, resulta que desde el final de españa donde estoy disfrutando con mi mami, osea la tuya y con mi nene osea tu sobrinico, hay un internet que por un euro tengo 15 mints asi es que ,,,, te leo tan contenta de compartir tu new life, mantendremos contacto por aqui, hasta que acaben las vacaciones, te queremos mucho besoooooos GUAPO!!!!!!!!!!!!!!!
agosto 18, 2008 en 11:23 am
Hola guapo!
Leo que te integras más rápido de lo que piensas, ya aspiras tu “pieza” y todo. Poco a poco pasarás de grado y empezarás a “vacunarla”. Todo se pega, yo a veces no sé si usar “para” o “por” de la de veces que lo oigo mal al cabo del día. Disfruta de la casa, de la señora “alternativa” y, por supuesto, de cada momento.
Un besote
agosto 18, 2008 en 11:25 am
Me parece una elección,por lo menos original y personal lo de vivir en el porche.Ole su coñete yanqui.Esas escaleras tan empinadas me han dado vértigo.Besos y cuéntanos más cuentos.patri.
agosto 18, 2008 en 12:18 pm
Hola Andrés!!!!
Y hola todos, que fiesta familiar, pues mira que bien, aquí nos encontramos unos cuantos para leer los relatos de Andrés, de los que soy adicta y de paso os saludo.Óscar y yo progresamos adecuadamente y somos felices en nuestro nuevo ático catalán. Os quiero una jartá.Continua Andy, que me quedo con ganas de leer.Besos.
agosto 18, 2008 en 1:10 pm
Pues, sí. Esto es una fiesta familiar, incluyendo la ultramarina, la de allende los mares, digo. Parece la terraza de Nazario en la Nit del’albá de lo concurrido que veo este blog. Me ha faltado Marina para que estuvieracompleto el elenco, que, por cierto, está en Barcelona, estrenando piso de Sonia.
La verdad, Andrés, es que después de las conversaciones telefónicas, estas lecturas me completan el panorama de tu vida (segunda) gringa. Tiene razón la tía Helia, déjate impregnar pero sigue siendo tú. Me tranquiliza que te falte el color violeta en tu lamparita»art nouveau».
Te quiero, Dédé (con dos acentos, porque si no los franceses no lo pronuncian bien).
Y sigue escribiendo.
Tus alumnos van a tener mucha suerte.
Pa pito y pa flauta, lo mío…
agosto 18, 2008 en 5:33 pm
hola ,mi queridísimo Andres ,voy a ver si se hacer esto y te llega ,me emociona leer tus impresiones americanas y saber que todo va encajando ,¡buena suerte!
un fuerte abrazo .
tu ex madrasta buena que te quiere .
cristina
agosto 18, 2008 en 6:26 pm
¡Coño! Hasta la ex madrasta buena….
Esto sí que es promiscuidad andresiana…
agosto 19, 2008 en 4:03 am
Me lo he pasado bomba al encontraros y leeros. Os lo juro: bomba. Sí que parece la terraza de Naza en l’Albà.
Dentro de otro orden de cosas (¿lo he dicho bien, Silvia?) hoy he ido a ver un piso de una peruana que alquila habitación y me ha encantado, no la peruana que es muy simpática sino que está a 30 metros de la estación en un pueblecito de ensueño, típico del extrarradio pijo yanqui, parece una maqueta de Ibertren, de tan irreal que parece. A ver si me la alquila, que está haciendo entrevistas (aquí hay de eso hasta para los compañeros de piso) y todavía no se ha decidido.
¡Gracias por venir! Me ha hecho mucha ilusión. Para celebrarlo voy a poner un post muy especial. (Así a lo mejor hago que Naza también se pase, como segundo anfitrión: ya lo entenderéis).
Besos!!
agosto 19, 2008 en 6:27 pm
Hola soy la mama ,he leido todo tu correo . Te escribo para decirte que lo bueno esta por llegar, que te mando las luces de la alborada para que iluminen las decisiones que tomes sobre la segunda parte de la pelicula de » HALFREDIICKO». Te echo de menos EN TODO MOMENTO pero estoy saliendo de la cochina rutina «»» UN POCO COMO TÚ. BESOS LA MAMA, procuraré aprender a escribir me ha ayudado un poquito Tasha. Besos, TE QUIERO. Me ha gustado mucho encontrar tus relatos, me gusta mucho como describes todo lo que te está pasando. Hasta pronto.
agosto 19, 2008 en 9:38 pm
Andrés te escribimos desde Londres donde estamos pasando unos días con mi hermana y su novio en su preciosa casa enmoquetada, relimpia, luminosa y con hermosas vistas, es a dir, que paregut (no se si le he dado, seguro que sí, la patada al diccionario valenciá) a lo tuyo, bueno salvando las distancias, claro está y que aquello es América, la que me suena de las pelis que describes, todas chulas (las románticas de «Antes del amanecer», y «Antes del atardecer» son una delicia, con mucha conversación interesante y amorosas totales).
Hemos llegado hoy mismo y aquí estamos en la gran city. Tomorrow iniciaremos visitas turísticas variadas, ya hemos venido varias veces así que ya las típicas típicas las tenemos vistas, pero esta ciudad es siempre apetecible.
Esperamos que ya hayas descansado suficiente, dormido y relajado, viendo los días pasar y acostumbrándote a la nueva vida. Y nosotros que lo leamos.
Recuerdos a los «amish» y a sus pastelillos de frutas.
Manolo dice que te diga que como conseguiste pasar los petardicos por la aduana, dado tus rasgos un tanto árabes de los que poco les gustan a los gringos estos. Y que recuerda todavía el gusto del caldero. Un abrazo.
agosto 20, 2008 en 11:42 am
Mamá, sí, hay que salir de la rutina. No sólo eso: HAY QUE SALIR DE LA RUTINA. Me alegro mucho de que lo estés haciendo y de que te lo estés pasando también este verano (Edimburgo, Cádiz, casi ná). La cosa es intentar que el resto del año sea también un poco así, sin muchas posibilidades de aburrirse uno o ver los días pasar. Besos y amor, madre.
Nati, dile a Manolo que el caldero lo voy a recordar todo el año, hasta que vuelva. ¡Cómo son los ingleses y americanos (del norte, hay que especificar) con las moquetas, mira que les gustan las casas acolchadas. Pasarlo bien en Londres!!
agosto 20, 2008 en 11:44 am
Quería decir «tan bien este verano».
agosto 21, 2008 en 7:33 pm
es muy foime ñla cuestion esaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaakdgjmnvdnfdmnd,fvnfd.mds,cmfng,refnfd,mg
feo
agosto 22, 2008 en 12:04 pm
Querido primo:
Has sido la sorpresa del día! Qué emoción tenerte tan cerca!. Resulta que estoy tiesa como un palo por una contractura en el cuello, sentada en un cutre cibercafé de los recreativos Rober de Pipí Playa Lis…metiendo monedas de 50 céntimos para organizarme una escapada con mi Tomasito por las tierras vascas o por las gallegas. Dudando de destino, consultando rutas, hoteles…me paro y digo: Coño Patricia! cuánto tiempo sin consultar tu email!. Para mi sorpresa te encuentro el primero de todos!. Qué alegría que te acordaras de mi email porque me ha entusismado tu relato. Gracias por compartir tus vivencias conmigo. Seguiremos en contacto. Tengo pendiente enviarte unas fotos. Un abrazo muy fuerte!!!!!!!!! Te quiero!!!!!!!!!!!
agosto 23, 2008 en 11:43 am
Gracias por leerme, Patri, y que tengas un buen viaje por tierras fresquitas. Aquí todavía hace calor, ya llegarán el frío, que dicen que es de aúpa, y las primeras nieves. Besos.
septiembre 1, 2008 en 3:05 pm
Me encanta la descripción que has hecho de tus primeros días en los EEUU; también me alegra que hayas decidido cambiar de sitio, pues tantos vecinitos en un mismo lugar son multitud. No te puedes imaginar lo que se te echa de menos Andresito.
Mis vacaciones ya han terminado y en este momento estoy en el trabajo haciendo que trabajo y enviandote este e-mail. He de contarte muchas cosas de las vacaciones; la verdad que mucho mejor de lo que yo esperaba. He conocido a un chico italiano de Milán que me ha hecho volver a disfrutar de la vida y hasta he recuperado las ganas de follar. Se ha enamorado de mí, ya sabes como son estos italianos.Me llama todos los días desde Milán y ya quiere que vaya a verle, pero yo prefiero que venga él primero. Bueno ya te seguiré contando. Un besazo guapetón.Cuidate!4.Identifica el SN Sujeto y el SV Predicado de las siguientes oraciones e indica qué clase de Predicado, indicando su núcleo y de qué tipo son: (2 puntos) e
septiembre 1, 2008 en 4:46 pm
¡Pero Charo. Que esto lo lee todo el mundo, mujer! Dímelo por e-mail, no hace falta que mi tía Helia y un joven peruano en un café de Cuzco se enteren de los pormenores de tu vida sexual. Aunque por otro lado, ¿qué más da?
Por cierto, muy interesante el final de tu comentario, se nota que trabajas en un instituto.