Esto ya empieza fuerte, las clases de español, entre preparármelas, darlas y atender a los alumnos en tutorías y en horas de oficina -sin tener oficina- me van a ocupar unas 20 horas semanales. Los cursos del máster de Lengua y Literatura Española y Latinoamericana, mi otra jornada laboral, esta vez vespertina, me absorberán unas cuantas horas más. Entre las dos cosas, van a evitar que me aburra. Mientras yo resuelvo los mil detalles antes del lunes en que comienzo oficialmente el curso (hacía tiempo que no estudiaba, que no me juntaba con compañeros para ayudarnos unos a otros: hoy nos hemos pegado una carrera hasta el cuarto piso -yo, en ascensor- Pep y el menda para ver quién cojía el último ejemplar de una antología de poesía de la biblioteca), hay una marabunta de niños y niñas con una uve celeste impresa en sus camisetas colegiales paseándose por el campus.
Los escoltan sus padres en el día de puertas abiertas, van a un acto de bienvenida al aire libre y sueltan cheques a troche y moche para que sus gorriones estudien una carrera: mis alumnos van a pagar 134 dólares por el manual de mi clase de español; a nosotros los graduados nos pretenden cobrar en la librería de la uni 27 dólares por un libro de Alianza de bolsillo que en España vale a lo sumo 10 euros. Joder, la de libros que me he dejado en casa y que ahora me van a hacer falta, tendré que esperar hasta que la biblioteca me los traiga.
Por otro lado, la carrera que van a hacer estos chiquitos (hay, os lo juro, un 25% de chicos -y chicas- de más de 1,85; me siento enano al lado de esas jugadoras de voleybol que tardan media hora en agacharse y de esos jugadores de fútbol americano que ocupan todo el pasillo cuando se acercan bamboleando sus carnes) les será muy, muy fácil de sacar en comparación con los cánones españoles. Hoy me he enterado de que un aprobado de una universidad española equivale a un notable (B) en EE UU. Y yo, que no lo sabía, puse una C en mis solicitudes. Casi me muerdo al enterarme. En fin, nunca se sabe pero con una mejor nota ahora mismo podría estar en otra universidad más generosa económicamente. Me ha pasado la del novato. Pero en fin, en dos años podré aspirar a otro centro donde me mimen todavía más.
Como no te quiero aburrir más te contaré que, por otro lado, esto es otro mundo, totalmente. En cuanto a la organización académica, sobre todo. Además, a los alumnos (que pagan barbaridades) y a los profesores (y asistentes, como yo), sí, se nos mima. Tienes que currar pero las perspectivas son buenísimas. Si aguanto el ritmo en dos años la cosa va a cambiar, ganaré más pasta con una beca de doctorado (con este máster, tengo un 90% de posibilidades de que me admitan en muchas universidades, según el director del programa). Y si por lo que sea me retiro y no hago el doctorado siempre puedo ponerme a dar clases de español en un instituto americano cobrando más de 30.000 dólares al año.
No voy a tener mucho tiempo de escribir, quizás una vez a la semana. En estos momentos debería estar haciendo mil cosas, entre ellas, cenar. Me ha entristecido enterarme del accidente de avión de Madrid.
Besos y abrazos y otra vez gracias por vuestras exageradas muestras de cariño de estos días.
agosto 21, 2008 en 11:03 am
Que de cositas nuevas!!!!!!!! Entre otras que ya has sido tio de tu ahijada LARA!!!!!!!! esta mañana a sobre las 9 de la mañana nos ha llamado Hector y nos dió la noticia!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Supongo que todavia no te lo habrá dicho por las horas que eran, pero yo no me puedo aguantar???? Bueno cuentanos más cosas , te cambiarás de casa al final???? Eso de la carretera no me gusta nada! Esperamos noticias, besos te queremos mucho hermano.
agosto 21, 2008 en 12:17 pm
Me acabo de enterar, estoy hecho gelatina por la sorpresa, no consigo hablar con Héctor, sí he hablado con el papá, esto es una mierda, estar tan lejos… Pero la he visto. Mi sobrina y ahijada se llama Lara y ha nacido hoy a las 8.30.
agosto 24, 2008 en 11:06 pm
Que agradable leerte, y ver toda esa aventura que tienes por delante, es triste que no puedas escribir con frecuencia, pero lo entenderemos ya que no hay otra opcion. un abrazo
septiembre 4, 2008 en 6:52 pm
Mucho ánimo que todo va bien. Acuerdate que somos polvo de estrellas. Si hombre que con el enorme tropezón que se dieron todos los astros y la polvareda que se armó ahí empezó nuestro turno. Unos tardarían más que otros en llegar pero pero quedó polvo para todos. ¿Por qué crees que los «incultos» dicen que echan un polvo y salimos nosotros despues?
Me encanta verte con ese ánimo. Pero chico que no tengas que ir anochecido por esos caminos sin arcen. Yo como Tasha, cambiate otra vez de casa verás como encuentras, o comprate un coche, que cuando llegue el mal tiempo…
Un beso.
Tía Helia