Estoy jodido. Voy a escribir esto y espero no tener que tocar el tema más. Estoy bastante harto de médicos, salas de espera, formularios (escritos a puñados y con mi mano lesionada por las secuelas de la EM), seguros médicos, gastos y, últimamente, del problema con la compañía de seguros de la uni, que como toda mutua o aseguradora hace lo posible por no pagar un tratamiento por una lesión. Ayer me sometieron a un interrogatorio telefónico casualmente mientras esperaba a la doctora de la mutua. Esta última, en vez de solidarizarse con un paciente, hizo su verdadero trabajo: poner una excusa para no pagarme el tratamiento por la lesión ocurrida en horas de trabajo: «Puede ser debido a algo anterior». Menuda porquería de sistema de salud.

Bueno, voy a dejar de quejarme que sólo hace que soliviantarme más. Ya me he desahogado con varios de vosotros por teléfono y no quiero dar más la tabarra. En fin, era de esperar, no estoy en España. Pero lo que me jodió ayer finalmente fue que al llegar a casa la dueña me recibió preocupándose de nuevo por mi salud, una actitud que ya llevaba unos días pareciéndome desmesurada. Le cuento que el seguro de la uni no quería hacerse cargo de una lesión producida en uno de sus edificios. Y va y lo único que se le ocurre es decirme que ella quiere que le firme un papel en el que diga que no me he lesionado en su casa.

Para morirse, y yo que pensaba que se estaba preocupando por mí y lo único que le pasaba es que se preocupaba por ELLA. Menudo personajillo. Ya sabía yo que no podía juzgarla a la primera como la señora amable y simpática que me parecía, con su rollo de «yo soy como la mummy», llevándome a la compra y todo eso. Qué poco le ha durado eso de que yo le parecía buena persona, que lo sabía sólo con mirarme. En cuanto me ha visto como un potencial denunciador (ni se me había pasado por la imaginación algo así), cómo ha cambiado la cosa.

En fin esta gente está muy mal. Aquí no hay trato humano sino intercambio económico. Y miedo a que les jodas. No saben lo que es una sociedad en la que lo primero es la persona y lo segundo su bolsillo (como la nuestra, algo que tampoco es lo mejor; lo ideal es que primero fuera la persona y lo segundo y tercero, también). Sí me he encontrado hasta ahora bellísimas personas, pero da la casualidad de que no son de aquí. Y no quisiera hurgar mucho en los que todavía no me han hecho ningún mal o solamente me han ofendido tratándome de agresor potencial. Ay, la violencia. Violencia moral, económica, hasta física, toda ella proveniente del mismo lugar: el miedo a perder la cuenta corriente.

Tengo pendiente esribir ocho folios sobre dos cuentos de Cortázar. Voy a dejar ya el tema. La pierna va mejor, creo que ya puedo andar sin la muleta, aunque todavía se me resiente cuando lo hago. Mañana la pondré a prueba para ir a casa de mi director del programa graduado, que ha organizado una fiestecilla para los que asistimos al taller literario de los lunes después de clase de Poesía Latinoamericana del siglo XX. He decidido contarle, no sé si mañana habrá oportunidad, el tema de la EM. Ya se lo he contado a varias personas y no quiero que le llegue de rebote. Aquí al parecer no es algo que me vaya a perjudicar, eso me ha dicho un amigo español que lleva 15 años dando clases en universidades yanquis. Al contrario, las leyes de minusvalía les obligan a dar un margen mayor y procurar apoyo a la gente que las tenga. De todas formas, deben saber que no puedo hacer exámenes escritos, que deben ponerme un ordenador para hacerlos. Así que cuanto antes lo diga mejor.

No voy a negar que se me ha pasado por la cabeza la idea de volverme pa casita y Santas Pascuas y alegría. No he parado de tener problemas desde que llegué. Para el que no haya seguido el culebrón, son: la antigua casa, la muela, el cansancio, la gripe, la pierna. Espero que no venga nada más detrás y pueda tener dos meses, que son los que faltan para que termine el semestre, en paz. Que con las clases y los cursos ya tengo bastante. De momento no lo estoy haciendo mal, estoy capeando el temporal. Mis chicos han sacado un 84 de media (siete han sacado más de 90 puntos). Y aunque me dan mucho trabajo, estoy contento. Los cursos, a pesar de ser tres y tener semanas que no doy abasto, tampoco los llevo mal, aunque ya se verá al final, que me queda lo más jodido: escribir los artículos; hasta ahora sólo he hecho presentaciones de poesías y, la semana que viene, de un artículo y de los cuentos de Cortázar.

Me gusta mucho lo que estoy estudiando en el master, la literatura es lo que me da vidilla, creo que es la primera vez que me estoy dedicando a lo que de verdad me atrae. Mi vocación. Pero ya veremos si quiero vivir en un país en el que te tocan así la moral. Si no fuera porque en España no hay trabajo ni siquiera se me hubiera ocurrido irme. Aunque siempre podría irme y preparar oposiciones…