He puesto las notas finales, ya están online. Pero antes he escrito a todos mis alumnos para decirles su nota del examen y desearles felices vacaciones. Varios me han respondido. Curiosamente los más tímidos han sido los más afectuosos diciéndome que les había gustado mi clase. Yo no estoy seguro de que les haya gustado a todos, últimamente había poca juerga y mucha gramática y ejercicios. Han aprobado todos, aquí eso se da por supuesto. Lo importante es la nota: 18 de mis 21 alumnos han sacado más de 80 puntos. He terminado, ya estoy totalmente de vacaciones. No sé qué voy a hacer mañana. Qué sensación.
Ayer nos fuimos para celebrarlo un americano, un catalán, un peruano y yo a comer algo a una pizzería que está cerca de mi casa. Luego nos tomamos un café en la filmoteca de Bryn Mawr donde estaba la camarerita que vivió en Argentina y le gusta oír español. Nos reímos y contamos chistes. Casi todos se van en los próximos días. No sé qué voy a hacer en la semana que tengo por delante hasta que salga mi avión. Supongo que lo que dice Nasty: nada. No creo que pueda, ya me he acostumbrado a no parar. Quizás escriba. Y otras cosas. No sé si me apetece ir a Virginia, hace mucho frío para salir a la calle. Me han dicho que en enero y febrero hace todavía más frío.
Qué majetes mis alumnos. Los echaré de menos. Quién me lo iba a decir cuando les daba clase a diario, sin tregua salvo la del fin de semana. A ver si alguno repite conmigo, también depende de sus horarios, y esta vez voy a dar clase a las 8:30, una hora algo traicionera. Me han dicho que es mejor empezar temprano, así luego tengo todo el día libre (hasta la hora de la clase de master, por la tarde). El viernes fui a ver al equipo de baloncesto de la uni, juegan de maravilla, ganamos de tres puntos. Parecerá que tres puntos no es nada pero es al revés, en baloncesto es un margen considerable. Otro día contaré la experiencia del partido. De momento, ahí va un escueto comentario: qué ceremonia más previsiblemente vibrante.
Está a punto de quedarse desierta la universidad después de tanto ruido y ajetreo y jovencitos que caminan con chanclas hasta en invierno (si llevamos las manos desnudas, ¿por qué no los pies?, ¿eh?, pues porque no lo veo yo…). O con pantuflas por las calles del campus: ése es también un tema curioso, como no tienen costumbre de usar pantuflas porque en las casas hay calefacción ahora se han puesto de moda unas zapatillas de estar por casa rellenas de borrego y las llevan por la calle, a clase y donde sea. Son curiosas las costumbres de estos gringuitos: como la de comer en clase o dormir en cualquier parte: hay una parte del Connelly Center en la que hay sofás siempre ocupados por gente durmiendo, incluida el otro día una señora gorda. Esas intimidades nosotros solemos practicarlas en nuestra casa, ¿no?
En fin, no tardo nada en dormirme. Ha sido realmente un placer el haber pasado el semestre con vosotros, he aprendido mucho.
diciembre 15, 2008 en 6:35 am
Que gusto ¿No? Ahora que no sabes que hacer y que nos has tenido a todos sin «pan ni agua» esperamos que nos digas algo mientras llegas al momento de volver.
Tu padre ya te habrá contadp cosas del 50 aniversario de Alicia y Patricio.
Yo he tenido varios problemas, de ordenador, y no te he mandado el texto que les dediqué. te lo adjunto ahora ( si se hacerlo desde aqui…)
El poema tuyo fue magnífico, la tía emocionadísima y nombró tu momento de regalo del ramo de flores a tus diez años que vino a salvarle la vida (literal).
Tu padre se presentó en el altar puesto de sombrero. El sombrero que lleva en el interior las iniciales del abuelo y que según él es le que llevó en su boda(…el 28 de julio, asándose de calor con un sobrero de fieltro…(¿?)) . El caso es que fue un verdadero «coup de théâtre». Leyó tu poema,que aunque yo ya lo había leído en el blog, me supo a gloria, fue muy aplaudido.
Chico me he metido en todas partes para intentar enviarte mi texto pero me ha sido imposible. Me falta mucha (toda) técnica, así es que te lo envío a tu correo.
Un beso y hasta pronto.
ësta que lo es, Tía Helia
diciembre 15, 2008 en 9:41 am
Túmbate a la bartola,descansa y si el clima lo permite haz un poco de turismo.
Papá Nöel está llegando y pronto te veremos.
Un beso muy gordo
diciembre 15, 2008 en 12:41 pm
Hola guapo! Por fin esas merecidas vacaciones. Ya veo que has superado el primer asalto.Enhorabuena!
Por aquí tutto bene.Ayer llamé a tu madre para saber noticias tuyas y se puso tu tía pues la tua mamma estaba un poco resfriada y me dijo que volvías el día 22.
Te recuerdo que se te olvidó felicitarme el día de mi cumpleaños el 1 de diciembre. Pero nen, donde tienes la cabeza? Ahhh, en Cortazar.
Te deseo una Feliz Navidad y un prospero anno nuovo! Buen Viaje de retorno a tus raices, baby!Besitos de tu amiga que te quiere.
diciembre 15, 2008 en 2:03 pm
Nos alegramos mucho de tus resultados, eres un profesor estupendo,pero lo mas importante es q llegues lo antes posible a Elche. Te echamos mucho de menos e Isabel esta deseando conocerte. Puedes aprovechar estos dias para conocer a la camarerita q le gusta el español y dejar la «marca» hispana .
Un beso muy grande de Isabel y mio.
diciembre 15, 2008 en 5:24 pm
Gracias a todoas, sí, ya necesitaba las vacaciones. Y creo que no voy a hacer absolutamente nada que implique moverme, andar, etc. Como mucho voy a estar en casa viendo películas y escribiendo. Aunque igual me acerco a Filadelfia, que tengo cosas que comprar.
Besos. Ir preparando el turrón.
diciembre 15, 2008 en 6:53 pm
Guapo, por fin libre!!!!!!!!………………………….
Tengo muchas ganitas de verte y de contarnos las cosas sin teclas por medio, bueno, ahora mismo, ya………………….
Ahhhhhhhhhhhh!!!..La de enmedio de los chichos (Xavi y Geli) es Isa, ya te contaré, pero no te conviene. Lo siento!
Besitos
Cris
diciembre 15, 2008 en 7:42 pm
Et voilà!
Qué alegría me da sentirte contento.
-¡Estoy contento!
-¿Y qué hacemos ahora que estamos contentos? (Esperando a Godot)
Y qué orgullo que hayas encontrado esa nueva vocación y que hayas sabido enseñar, y que te guste, y que les guste a tus alumnos, y que tú gustes a tus profes. Sobre todo, que te guste lo que estás haciendo.
Descansa. Te lo has ganado.
Ali tiene razón: Busca a la Bartola y túmbatela… ¡Jajaja!
Y si no recítale tus poemas a la camarerita. Suele dar buenos resultados.
¡Jijiji!
Ya te estamos esperando con los brazos, los ojos, los corazones abiertos.
El turrón ya está en la mesa.
diciembre 15, 2008 en 7:49 pm
No te he escrito antes porque estoy terminando la adaptación de «Harraga», de Antonio Lozano.
Y con los líos del Festival.
Y el papeleo de Ana, que llega el 22.
Y todo eso.
Te quiero.
diciembre 18, 2008 en 7:23 pm
Hola ; soy la tïa alicia: el tïo y yo queremos decirte ¿gracias
diciembre 18, 2008 en 7:29 pm
soy la tïa alicia; GRACIAS GRACIAS GRACIAS!
TU POEMA NOS HA EMOCIONADO MUCHO :estas hecho un poeta impresionante: tu ramo de flores despues de TREINTA Y UN AÑO TODAVÏA ME EMOCIONA!!!
BESOS NUESTROS_ ALICIA Y PATRI
diciembre 18, 2008 en 10:42 pm
De nada, tía, ha sido un placer. Además, un poema no es algo que se escriba por obligación, debe salir de dentro. Y este salió de repente y sin pensar. Nos vemos prontico.
Cambiando de tema, estoy, más que disgustado, descorazonado con el tema del seguro de salud. Además del incordio que supone estar mandando reclamaciones de pago por cada factura que me mandan los médicos (2) y urgencias a las que fui (1), hoy he descubierto un par de cosillas de las que te dejan aplastado, sin ganas de pelearte más: así son las cosas aquí, qué se le va a hacer, resignación. El caso es que he llamado para saber cómo está la cosa y me han dicho que acaba de llegar una nueva factura (de urgencias) por la que tengo que pagar 410 dólares. Eso gracias a que tengo el seguro más caro de los que me ofreció la uni, ya que la factura es de 1.280. Sólo tengo que pagar un mínimo de 300 más el 20% de la factura.
Así que el total de lo que tengo que pagar por haber ido a ver a un neurólogo una vez, haber ido a urgencias una vez porque no podía andar y luego a un traumatólogo por indicación del médico de urgencias hace la suma de, tachín, 1.012, 22 dolores. Que tendré que pagar, supongo, en algún momento, a plazos o como sea si no quiero entrar en una lista de morosos que me impida en el futuro tener un préstamo o tener un simple móvil.
También he llamado para saber si podía cancelar la póliza, que me devolvieran el dinero y con ese dinero pagar las facturas (que ascienden a 2.070,40 dólares, o sea, que sólo pagan la mitad). Pues nada, que tampoco, que no es reembolsable, me tengo que aguantar con lo que tengo, al menos este año (hasta agosto). Que les den. Me dice mi compañero de piso que Obama quiere hacer dos cosas respecto a esto: suprimir la limitación de enfermedad preexistente, que es lo que alegan todas las compañías de seguro para no tener que pagar; y extender el seguro nacional de salud, al que se acogen los funcionarios gubernamentales, a toda la población. En fin, al no ser ciudadano yo tampoco me beneficiaría de eso. El año que viene lo más probable es que no contrate ningún seguro y salga a la calle con una armadura por lo que pueda pasar.
diciembre 19, 2008 en 4:05 pm
Que bueno ya vas a regresar y descansar ..cuidate ,,un beso
julio 2, 2009 en 12:23 pm
Para el profesor que escribio acerca de los gringitos en chanclas de borrego por todas partes:
Vivo en America, y me encanta el no tener que arreglarme para ir a la Universidad , me encanta ir en chanclas al supermercado y me encanta la sensacion de que nadie me esta mirando y juzgandome de como visto o calzo. Los gringos comen en clase porque la hora de sus almuerzos son a las doce del dia, a esa hora nosotros estamos con el cafelito y la tostada. Me estrana que como profesor y con mente abierta te cause «shock» las costumbres de los «gringitos».
julio 2, 2009 en 3:12 pm
Maribel, no era exactamene un shok. Pero te aseguro que para mí es un alivio haber vuelto a España, con las viejas costumbres y formas de comportarse, tan diferentes de ese Disneylandia terrorífico que es EE UU. Todavía me queda un año de estar allí y no sé si conseguiré aprobar las oposiciones de secundaria en la Comunidad Valenciana, pero cada vez tengo más claro que me vengo otra vez a casa. Estoy cansado de gringolandia y de todas sus peculiaridades. Eso sí, de la gente que he conocido no tengo queja. Son muy pijos y viven fuera de la realidad pero son buenas personas. Lo que les falla es la sociedad que han creado, que ya digo: a mí me parece de terror.