No sé por qué a los que tienen un pequeño retraso les llaman ‘borderline’, que significa línea fronteriza. Será porque si dan un paso se caen, sea a otro país, a la locura o a la cordura. A las presuntas locura y cordura, debería decir. El de Ciudad Juárez es, según se mire, un caso clínico. En mi reciente viaje no he conocido el lugar de moda del crimen organizado a nivel mundial (con todos mis respetos para Bagdad, con su mayor mafioso recién mudado a, precisamente, Texas). Digo que no lo he conocido porque soy un poco cagao, ni siquiera me llevé el famoso I-20 (que no es un revólver sino un papel), así que podría haberme buscado problemas aduaneros si hubiera pasado de El Paso a México. Pero tomé unas fotitos que dan fe de que ese lugar ‘es’ México y también, pero menos, EE UU.
Fue alucinante ver el cambio de paisaje, gracias a que reservé un asiento de ventanilla en el avión de American Airlines. En Filadelfia estaba todo nevado, había caído una buena dos días antes. Conforme avancé, el paisaje se fue haciendo más árido hasta llegar al verdadero desierto de Texas (interminable) con sus colinas erosionadas por los milenios. Un paisaje del Coyote y Correcaminos carente de color, un monótono mar de arbustos sobre un fondo seco. Los exploradores de esos territorios debieron ser unos locos poco precavidos. Es una pena que la primera foto, la de la nieve, no saliera; pero la de Texas, aunque desenfocada, la puedo colgar.
En el avión iban varios militares estadounidenses, el ejército se estaba apostando para frenar, dicen, el narcotráfico. Y que la guerra no pase al otro lado. El ejército mexicano (1.500 efectivos) ya estaba tomando control en Ciudad Juárez, donde pocos días antes había habido un motín en la cárcel con 20 muertos. Al otro lado, la quietud era sospechosa. Bares con gente sonriente (increíblemente alegre La Catrina, hacía mucho que no veía eso, ni siquiera en España; aunque volvimos al día siguiente, sábado, y ya la alegría era menos escandalosa y el ambiente más familiar) y calles repletas de mexicanos o chicanos vendiendo y algunos comprando a mitad de precio que en gringolandia.
Me acerqué, eso sí, a ver la frontera aunque fuera de lejos. En el otro lado del Río Grande, que está desviado como el Júcar por Valencia, se veía un enorme banderón mexicano. En el paso (propiamente dicho), un puente que cruza el cauce del río con tremenda cola de coches y camiones esperando para entrar. Había gente también que pasaba a pie.
Me quedé con las ganas de ver la Santa Teresa de Roberto Bolaño, la de los 2.000 muertos el año pasado y 5 diarios (quizás por eso no fui). La tristemente célebre por las muertas de Juárez (en la biblioteca de la uni vi ayer la portada del País Semanal de hace dos domingos dedicada a ese tema: impactante). Tal vez vaya el año que viene o el otro si sigo aquí.
Por otro lado, el simposio y el festival de teatro clásico que lo albergaba estuvieron muy bien. Yo pasé el mal trago de la novatez más o menos bien y recibí algún comentario positivo, incluido el de un prestigioso profesor de una universidad del sur que el otro día leyó muy amablemente mi ponencia y me contestó que le había gustado mucho. A mí también me ha gustado la suya, tanto que veo lo mucho que me quedaría de camino si siguiera investigando cosas del Siglo de Oro. Eso sí, me quedarían más de 20 años para alcanzarle y para entonces a lo mejor ganaría lo que gana él: unos 150.000 dólares al año (25 millones de pelas).
Además, con los compañeros, el hermano de Miguel en primer lugar, genial. Fue como un cursillo intensivo sobre la profesión de docente en EE UU. Que tiene sus cosas positivas pero también las negativas. En las vidas de esta gente (había tres ex estudiantes de mi uni, conmigo cuatro) pude ver cómo sería mi vida si siguiera en esto dentro de 15 años. O sea, que me sirvió para aclararme las ideas. Me ayudó a tomar la decisión (si no la cambio por motivos de fuerza mayor, o de menos fuerza) de que voy a terminar este máster y postular a dos o tres programas de doctorado, incluido el de la universidad del sur de la que hablo. Mientras, voy a estar estudiando para las oposiciones de secundaria en España para presentarme en julio del 2010 (hago planes a larga distancia, como Pavarotti). Dependiendo de lo que pase, decidiré en qué país vivir.
El lunes estaba hecho mierda. Menos mal que Pep fue a recogerme a las 11 de la noche del domingo al aeropuerto. Tuve un pequeño jet lag (tres horas de diferencia) pero sobreviví a la primera clase, mejoré en la segunda y así sucesivamente, que mis alumnos no me dejan relajarme. Las mías del master, más o menos. Este semestre no creo que me vaya tan bien como el pasado. Aunque queda mes y medio y todavía puedo apretar el acelerador. Me canso sólo de pensarlo… y estoy haciendo planes del 2010 en adelante, uf.
En fin, voy a colgar los poemas que escribí en el avión. Es decir, a seguir hablando de mí mismo. Es algo que me tiene ya un poco cansado, me encantaría poder hablar de otra gente, estoy harto de mi ombligo… Hoy nos hemos juntado un catalán, un peruano y yo en el comedor universitario de Dougherty Hall, antes había un chaval americano, otro profesor también autóctono y mi amigo el canadiense-cubano. Ha sido el único rato de la semana de hablar de tonterías. Bueno, mañana también hemos quedado en Philly (como la llaman) con otra gente (todo tíos, por desgracia). Uno de ellos ha tenido una niña, es el cuarto hijo que tiene en total. Otro espera a su mujer que viene de Inglaterra en mayo. Otro tiene a la novia en España, otro en Italia… Yo me voy en junio a Cádiz para currar para la uni vigilando chiquillos. Ya os contaré… Sí, copio los poemas. Y cuelgo las fotos.
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Yendo a El Paso (5-3-09)
Sólo escribo en aviones, traquetean mis dedos anquilosados, débiles como niños rotos, en signos azuladamente indecisos, un callado radar cardiovascular que lee la superficie de mi cosmos inverso, las colonias de un jueves ciego sobre nubes barbudas, periferias circulares en mis codos, en los lóbulos de mis sordas orejas, en fin, manchas en un lago de barro americano.
Escribo volando a una lentitud media de 0,1 millas por hora, tanto como caer al infinito, tan rápido que se ciega el pozo ciego de mis oídos. Jueves margarita, pétalos aduladores de una semana reparadora. Tradicionalmente no es así, ojos acuosos en un ardor tuerto, garganta recortada, con cañones sin pólvora, suben emociones ajenas del ombligo a la mandíbula que bate huevos en su tómbola de caballitos árabes de cartón piedra.
Todos vamos, yo vuelvo a quedarme, no importa la altura del vuelo, sí importan las aves que roncan.
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29
Van a pasar 30, 35 más y no entiendo aún qué sucede, qué problema tiene, qué reflejo queda, quién mira dentro, cuántas escuchan fuera, por qué cambio tanto y tan poco, los tres enferman, todos menos el que se acuesta sabe que hace cuatro años tenían fiebre las barandillas, las ventanas, el mármol de la cocina, todos afuera, se van al galope recuerdos ciertos, dejo de olvidar lo que quisiera que tú vistieras.
No nació, se fue de la mano, no volverá a nacer ni irse de la mano un borroso surco sistemático de tu casa y de la mía, ese rincón oloroso que resguarda en una cabaña la furia quizás la vida de un arcabuz de plástico dorado. Tercian los astros, los adivinos y los maestros en nuestra casualidad tridimensional, lúbrica la loma, el cruce de cristianas resurrecciones, el amor de sembrado gato, de lentes tintadas en verde mar montaña, sierra que avanza lujuriosa por mis piernas de explorador retirado hasta el arroyo helado oculto en la cumbre nubosa de mi otra oportunidad.
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marzo 14, 2009 en 12:43 pm
Hola Andrés:
Que no he entendido nada de 29, Ahhhh!!! está en un código oculto poético, que no debo conocer?…..
En Junio nace tu sobrino Pablo en Barcelona, cuéntame que haces tu en junio.
Te quiero
Sonia y Pablo (tu sobrino)
marzo 14, 2009 en 3:37 pm
Pues en esta ocasión ese texto sí significa algo, pero me da vergüenza contarlo. Si te lo digo verás que es bastante tonto todo. Otras veces no sabía de qué estaba hablando exactamente, aunque todo gira alrededor de lo mismo, o sea, de mí. Pero esta vez sí.
Tengo que averiguar lo de Cádiz y ver si puedo llegar a España antes o qué. Quizás les pida el dinero para comprar el billete por mi cuenta. Pero quiero estar cuando nazca Pablo.
marzo 16, 2009 en 12:20 pm
Hola a los dos! Bueno a los tres,teniendo en cuenta que Pablo(qué nombre tan bonito!) está ya tan cerca de nosotros.Si no vuelvo a hablar contigo,Sonia, que te vaya todo muy bien.Sólo un consejo (como las abuelas): el parto pasa pronto y pronto te olvidas de lo que no te puedes olviadr ya es de lo que viene despues.Es decir,a una la preparan para el parto en la preparación al parto se entiende,como si fuera un acto aislado y sin consecuencias,pero para luego tener ánimos de criar al niño no te prepara nadie.Yo te doy esos ánimos.Aunque en determinados momentos no «sepas qué hacer con él»,verás que vale la pena.Quiérelo mucho,es lo más importante.
Yo te quiero a tí mami y a ti tio, en ciernes.Y como no, al padre de la criatura.
marzo 16, 2009 en 4:50 pm
El amor es mutuo y a muchas bandas. Yo no estoy preparado para criar un hijo pero estoy seguro de que en el campo de los no preparados creo que yo soy uno de los que más preparados están. ¿Alguna candidata? Que levante la mano (nada de amigas o familia; bueno, alguna amiga si quiere sí). Yo le hago un hijo sin compromiso alguno, de todo corazón.
marzo 16, 2009 en 5:09 pm
Me he quedado colgado… en la última versoafirmación de tu primer poema, el cual me ha parecido lo suficientemente sugerente para romper nuestra «intimidad» electrónica; mejor dicho, me han acariciado dulces recuerdos surrealistas que me susurraban, con certeza indescifrable, que hoy había premio en tus letras.
Besos y continúo tu rastro, de normal subterráneamente, pero acompañarte a El Paso ha hecho que se me vea la pluma.
marzo 16, 2009 en 5:16 pm
Gracias por salir del tintero, Huesos, necesitaba tu comentario como agua de marzo. Un abrazo gordo.
marzo 16, 2009 en 5:48 pm
Yo también me he remojado un poco con tu texto. Tailoviu.
marzo 21, 2009 en 9:53 pm
Hola, semental. Te tengo abandonau aparentemente. Yo estoy aterrizando de barriga después de todos los vuelos y revuelos de todo lo que va de año: Misteri, Huéspedes, Oralidad… Llevo varios días que no hago ná, ni sombra, cargando pilas.
Dentro de un rato, hablando de barrigas, voy a ver a Sonia con la suya (bueno, con mis ojos, pero ella seguramente traerá su barriga con el Pablo dentro). Ha venido a Elche.
Un besardo, de momento.
marzo 22, 2009 en 9:49 pm
No sé si estás al tanto de la campaña de la Iglesia contra la ley del aborto. Quieren ponerle lacito blanco a los cofrades y las figuras de los pasos de semana santa y han hecho un cartel enfrentando la protección del lince ibérico (en extinción) con la protección de los embriones humanos: ‘un bebé gateando a la izquierda y un cachorro de lince a la derecha y sus correspondientes textos, ya tu sabes’.
Pues se me acaba de ocurrir la solución al problema:
¡Hay que promulgar la ley del aborto libre para los linces, bueno, para las linzas!
Si quieren extinguirse, ¿porqué tenemos que impedírselo? ¡Animalicos!
Ya es bastante jodido llegar a tomar la decisión (yo no creo que pudiera) de deshacerte de una nueva vida, por muy incipiente que sea, para que te vayan dando por saco con campañitas moralistas. ¡Como si fuera una fiesta para quien se ve en la necesidad de llevarlo a cabo!
¿O no?
¡Ah! y de anticonceptivos nada.
Condones tampoco.
¡SIDA PARA TODOS!
Para los embriones también.
Perdón.
marzo 23, 2009 en 1:48 am
Eres un lince, Nasty. Ibérico.
Por otro lado, aquí estoy yo más aislado que un monje tibetano enredado en banderolas de oración y empachado de té agrio. Como para pensar en procreaciones o no. A mí ya se me está pasando el arroz, no soy la persona más adecuada para opinar. Pregúntale a otro. Yo ya lancé un SOS procreativo el otro día y nadie me ha hecho caso (sólo tú pero no cuentas).
Mañana empiezan mis últimas 5 semanas de clase, y toco a 1,1 trabajo por semana, estoy empezando a agobiarme otra vez. Ni siquiera me alivia la idea de que luego tengo casi cuatro meses de vacaciones (bueno, sí que me alivia un poco). ¡Quiero terminar!
Sí, voy a pasar unas vacaciones estupendas en Colombia (mayo), Elche (junio), Cádiz (julio) y vuelta a Elche (agosto). Pero lo de ahora no me lo quita nadie. ¡Y tengo que sacar notas muy altas! Esta vez creo que no va a ser posible… Menos mal que he recuperado la salud, sin energía directamente me hubiera ido ya de vacaciones.
marzo 23, 2009 en 8:08 pm
Uy, perdón, querido…
Hubiese contestado antes a tu SOS procreativo, pero he estado aislada del mundo. Veo q tu hermana va a ser mami, q ilusión! Aun recuerdo aquel verano en Elche con ella… Como pasa el tiempo! Puesss, eso q veo q no aceptas amigas para procrear, una lástima! Somos amigos?
Un besito, perleta
marzo 24, 2009 en 7:48 pm
¡Vaya coño! y yo que no te sirvo para nada estaría disponible. No hay derecho, las habas pa quien no tiene dientes…
Y a otra cosa, de eso de no tener todas las buenas notas que necesitas, de que no va a ser como el trimestre pasado, ¡ a que te mando un sopapo que por la distancia y la fuerza te va a llegar como un obus! No te lo permito, Vale?
No sabes lo que te dice tu hermanico? si piensas en negro huye porque será negro. A vivir. Me estas hablando de viajes, de proyectos de vacaciones y por que te quedan 5 semanas de trabajo te estas descagarritando? pues si no quieres me borras de tu diario éste , o como se llame eso de «blog», pero te doy el rapapolvo porque para eso soy tu tía la mayor. ¡Hala!
y tu Nasti, aquí me tienes descolga esperando ese abrazo desde hace mas de un mes. …pero pan poquico…
marzo 26, 2009 en 4:08 am
Marieta, claro que sí.
Tía, me he sentido como cuando iba a octavo, gracias.
Yo tengo pocas novedades que contar… Os mando un beso a todos. Me voy con Santa Teresa y Quevedo a la cama.
abril 5, 2009 en 1:37 am
Agobio estudiantil, me falta un mes de calvario para terminar. Ya escribiré cuando se pase esto. Hasta entonces, amigos.
abril 5, 2009 en 11:08 pm
Me imagino que debe ser una gozada. ¡A la cama con Santa Teresa y Quevedo a la vez! ¡Magnífico, ché! menudos eran los dos, como para perderselo. Dime como te ha ido con ellos porque la Santa era de armas tomar y el Queve, menudo el tío guasa. No quiero ni imaginarmelo, bueno si quiero porque me voy a divertir un montón. Ja, ja que bueno…
Tía Helia
abril 9, 2009 en 1:51 am
Sí, magnífico pero que no sea trabajando. En la cama no se debe trabajar, mejor no. Aunque visto lo visto, casi mejor sería ir aunque fuera para trabajar.
abril 18, 2009 en 8:53 am
Andrés ydemás concurrentes, mirad lo que ha escrito Oswaldo Camacaro, de Venezuela, para que sea leido en la comida republicana de hoy:
“…creo en el amor y en el arte como vías hacia el disfrute de la vida perdurable,
creo en el amolador que vive de fabricar estrellas de oro con su rueda maravillosa,
creo en la cualidad aérea del ser humano”
Credo, de AQUILES NAZOA
Dicen, los que saben decir cosas sabias, que hay varias formas de aprender, pero las mejores son viajando por el mundo o viajando a través de un libro. Yo no he viajado tanto y por consiguiente, no soy “tan aprendido”, pero he aprendido a conocer y querer lo poco que se. En unos de esos viajes que hice, hace ya años, conocí una persona que parecía más bien un personaje de esos que se eternizan, que bien podría ser de Shakespeare, Unamuno o Cabrujas, de esos que viven con pasión, que nos enseñan desde su silencio a amar y ser un poco más humanos, a darnos, a arriesgarnos a perder, a disfrutar incluso la hora mas triste de la tarde, a saborear un café mientras se habla de los sueños. Y a esa persona la admiré con sinceridad y casi devoción, admiré y envidié su juventud a pesar que estaba pasando los ochenta años, admiré su valentía y capacidad de lucha, con él aprendí y comprendí desde otro punto de vista el valor de su sueño, que para nosotros, los de este lado del continente era obvio, básico, y por consiguiente tácito, con él y por él, aprendí a valorar eso que sólo se hablaba en las escuelas primarias como una fastidiosa clase de historia; me refiero al valor de La República.
De eso hace ya años, pero desde esa vez, y casi de manera inconsciente, llamo para saber sobre las celebraciones anuales, y sobre todo sobre la famosa comida de La República. Don Nazario, el compatriota, así le decía yo a veces, aún esta fresco, peleando a través de nosotros, con y junto a nosotros, él sigue de pie, entero, absoluto. El compatriota Nazario González Monteagudo no nos ha legado nada, pues se hereda sólo de los muertos y un hombre de su entereza, de su vigor no puede morir, él sigue alentándonos, orientándonos con su convicción intacta de lucha, a seguir tras los caminos que nos harán más humanos y más cercanos. Y citando a Donne, “ nadie es una isla, completo en si mismo, cada hombre es un pedazo del continente”, para Nazario habría que decir: él es un pedazo de la República que da fuerza a cada latido de nuestros corazones.
¡Que Viva la República!
Oswaldo Camacaro
abril 18, 2009 en 4:04 pm
Precioso, la verdad.
Y sí, el abuelo era (o es) así.
Gracias, Oswaldo.
Que viva la Perrúlica (que también diría él en los ratos alegres de las tardes).
abril 19, 2009 en 7:14 am
Quería haberlo puesto en tu último texto, pero me equivoqué.
Ahí queda de todas formas.