Mundo Dedé

Borradores de la mitad de mí


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Sólo un hola pequeño

Queridos compatriotas (hasta los que no lo son, lo son), puedo prometer y prometo que esto de ser estudiante póstumo (que no es un gladiador romano, que diría Bolaño, sino esto que me pasa a mí a esta edad tan intempestiva), esto, digo, es algo que ya me imaginaba pero que supera muchas de las vicisitudes enmarronadas en las que me he metido (con mucho gusto, casi siempre) en mi vida. La verdad es que ahora que caigo he ido de marrón a marrón. Quizás porque el marrón soy yo, obviamente. Lo curioso es que hasta el mayor marrón tiene su encanto. Como cuando miramos un palomino y nos sentimos casi orgullosos contemplando esa estrellita marrón. Sigue leyendo