Aquí en Cádiz, muy bien. He estado unos días con bajón pero he vuelto a la dieta (creo que fue después de una tarde de dulces) y ahora estoy mucho mejor. En realidad el bajón no se llegó a ir desde que terminé el curso, entre el cansancio y la vida disipada… Pero sé lo que tengo que hacer para encontrarme bien. Es cuestión de hacerlo.

Estas dos semanas en Cádiz he hecho un curso de francés, la mitad del nivel A-2 del marco común europeo. He terminado hoy, con el examen (me han dicho que pronuncio muy bien, la gramática sí que no me la pueden elogiar) y una comida con la gente de clase. Ha sido un poco agobiante ya que me faltaba la base (las conjugaciones del presente) y he empezado directamente por un nivel superior: tenía vocabulario de años de haberlo oído a la familia y amigos pero en lo otro flaqueaba. Además, van muy rápido en un curso de verano y ya sabéis que yo me estreso un poco. Pero ayer estuvimos estudiando María Elena (una señora salvadoreña compañera de piso mía en Cádiz) y yo y creo que ha ido bien (aunque he terminado el último en el examen).

Lo del piso ha sido un hallazgo, el profesor quiso quedarse en la residencia, que era carísima. Tenemos espacio de sobra y un  baño para cada uno, yo en mi habitación. Me ahorro unos 700 euros en relación a la residencia y eso que el piso cuesta 1.000 entre los dos. Estamos en el casco antiguo y tengo la playa a 20 minutos a pie. En Cádiz se está de gloria, corre el aire y no hace calor. Es como un aire acondicionado natural. Salvo cuando viene el levante, dicen, que entonces te asfixias, pisha.

No sé si estas dos últimas semanas hacer la segunda parte del A2 de francés o dedicarme a escribir, que ya me toca, e ir a la playa. Creo que haré esto último, he tenido bastante. Ya continuaré con el francés en otra ocasión.

El 24 viene Héctor a tocar con La Shica, creo que me llevaré a los chavales (son 35), que lógicamente se lo están pasando pipa. Uno de ellos, Paul, que Tasha y Héctor conocieron, no para de invitarme a ir a la playa o a salir con ellos, pero es que yo me pego unas siestas tremendas, como la de esta tarde, que me he despertado a las 8 desde las 5. Ha sido media horica hasta las 8.

Ahora son las 0:55 y acabo de copiar aquí lo anterior, que es un mail que le he escrito a mi padre, que está en Venezuela con su señora y la tía Helia (la aventurera y dinámica tía Helia).

Mañana salimos a otra excursión turística con los estudiantes, a los que veo a diario en la cafetería o los pasillos de la universidad de Cádiz. Son buena gente y se lo están pasando bien, lo sé entre otras cosas porque los he visto en fotos del feisbuk agarrados a un vaso de sangría o en la playa al lado de un cubo de cervezas. Luego van a clase y todo.

Como decía, me quedan dos semanas de estar aquí y ahora sí que voy a disfrutar, sin clases ni ná. Me voy a meter salmorejo en vena.