Quería dejar otro nuevo minipost porque el del otro día me quedó algo alicaído, desplomado como estaba yo. Como dije en un comentario, estoy convencido de que el aplastancio fue debido al espartamo de un batido de frutas que pedí en una heladería. Estoy tan sano que cualquier pecadito me afecta. Pero mucho. Me parece increíble que venenos como ese sean legales en este país. Y en España, claro, donde el gobierno no parece muy concienciado sobre esos temas. El caso es que vi cómo la chica echó un chorro transparente donde luego puso la banana y el mango y eso me supuso estar todo el fin de semana hecho polvo, sin capacidad de reacción.
Menos mal que me he recuperado porque ha empezado lo fuerte, tengo mil entregas y lecturas que hacer. Falta muy poco para el final del semestre y ahora viene lo bueno, el redoble final del concierto. El golpe de platillos no sonará hasta mediados de diciembre que tengo que entregar los trabajos finales.
Este fin de semana vienen amigos de visita, lo pasaremos bien. Pero no puedo dejar de trabajar.
Ah, también estoy contento porque por fin he podido ir a comprar mantas, son unos cubrecamas muy confortables. ¡Que en Miami no siempre hace calor!
Al ataque.