Mundo Dedé

Borradores de la mitad de mí


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Homenaje a Antonio González Beltrán (y III)

Si no da problemas técnicos, aquí va la última parte del vídeo del homenaje que se le rindió a mi padre el 23 de enero de 2013:

Espectáculo de La Carátula, dirigido por Antonio González, ganador del Off del Festival de Avignon.

«Aerolitos», espectáculo de La Carátula, dirigido por Cristina Maciá, ganador del Off del Festival de Avignon en 1988.

Mañana se van a cumplir seis meses de la muerte de mi padre, y no ha habido tiempo de llorarle convenientemente. Primero, su enfermedad, demasiado pronto su funeral y luego la evitable intrusión en nuestro duelo de los problemas burocráticos causados por las autoridades políticas, que con transmisiones y plusvalías se dedican a recaudar fondos a costa de tu luto.

He pasado estos meses en su casa, rodeado de sus objetos, de sus libros, de su presencia constante. Al principio lo llenaba todo, tanto que no cabía nada más. Poco a poco me fui acostumbrando y me hice un hueco en su butaca para intentar seguir adelante. Recibía las llamadas de su hermana, tal como las recibía él, intenté conservar su número para que no se perdiera el contacto con sus innumerables amigos de todo el mundo. Amigos como a los que él llamó durante sus últimas Navidades, los Giudicelli en París, Teresita Fernández en La Habana…

De algunos él mismo se pudo despedir en persona. Entre comillas, porque él nunca pensó que se iba. Pero ahí estuvimos su familia y las personas más íntimas que pudieron ir a verle. En el vídeo aparece Mau, que vino desde Venezuela. Christian y Garzón desde Barcelona. Ligia desde Estrasburgo… Aquí os dejo la última parte del homenaje que el pueblo de Elche le dedicó a su hombre de teatro más importante, Antonio González Beltrán, el dia siguiente de su fallecimiento el 22 de enero de 2013. Participan su amiga Mayte Sierra, su ahijado Patricio Vidal, el músico Javier Baeza, los cuenteros Mariano Martínez, Marisela Romero, Ani Lozano, la rapsoda Felicidad Alarcón, el miembro de EU Manolo González, el incontinente colombiano Carlos Alberto Ortiz, el actor alemán Christian Atanasiu, Ligia Vázquez, Mau de Ceballos y su compañero teatrero Juan Carlos García.

Y, claro está, participa Antonio González en un hermoso monólogo final en off sobre el mar Mediterráneo, donde su familia depositaremos sus cenizas en unos días, después de que hayan sido llevadas a Venezuela (su país de adopción) y su Argelia natal, tal como él había pedido. De esa manera, escuchando esas intervenciones tan emotivas (tanto o más que las de los dos vídeos anteriores), he conseguido romper mi ahogo y llorar un poquito recordando todo lo que la gente le quiso.

Lo pongo no para regodearme en la tristeza o la nostalgia sino para cumplir etapas. El día 27 se casa Héctor, papá; yo ya tengo mi libro, que estará en septiembre en las librerías; Sonia y familia están en estos momentos en el festival de teatro de Avignon, donde tú ganaste el Off con “Aerolitos”; Marina está en tu querida Venezuela, igual que Nazario, ¡y Ducho!, todos con tu amada Ana; Tacha sigue haciéndote llorar de emoción en el tablao, lo vi anoche otra vez,  te mandó un beso desde el escenario, a través de mí.


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«No amor»

Before Midnight

Comparto mi primer poema estrictamente de «no amor» o de «antes del amor» en una semana en la que he visto una película largamente esperada, ‘Antes del anochecer’, asquerosamente romántico que es uno. Leyendo un poco sobre la trilogía ahora concluida, y que la integran también ‘Antes del amanecer’ (1995) y ‘Antes del atardecer’ (2004), concluida a no ser que hagan una cuarta que no sé cómo podrían llamarla ya que no le quedan horas al día, me he llevado alguna sorpresa.
Explicaré primero que esta última entrega ya no trata sobre el enamoramiento o la búsqueda del amor, como las dos primeras, en las que los protagonistas tienen 23 y 32 años, respectivamente, y están descubriendo con entusiasmo y voracidad el mundo y al otro sexo. Ahora tienen 41 y dos niñas pequeñas, gemelas, así como al hijo de la relación anterior de Jesse, que vive en otro continente. La historia esta vez trata por lo tanto de la familia, las relaciones de pareja y las cargas conyugales que asfixian la libertad personal, sobre todo, de Celine. Para el que no haya seguido el mismo ritmo vital que la pareja de la ficción (agudísimo guión de nuevo de los actores Ethan Hawke, Julie Delpy y el director Richard Linklater) se puede sentir algo desconectado de la historia. Y también hace pensar sobre la conveniencia o no de subirse a ese carro, con sus ventajas e inconvenientes.
La sorpresa me la llevé al leer que la película está dedicada a Amy Lehrhaupt (http://www.filmin.es/blog/la-romantica-inspiracion-de-antes-del-anochecer), la chica que Linklater conoció de joven en un tren y que inspiró la primera película. La historia concluyó de la forma más triste, ya que el director se enteró años después de que la Celine real había muerto en un accidente de moto a los 25 años. Y aquí podríamos volver al tema de mi anterior post en el blog (https://mundodede.wordpress.com/2013/06/23/se-el-proximo-rodriguez-2/) sobre que, como en el caso de Rodríguez, ninguna vida es en balde, que todos dejamos nuestra huella, en este caso toda una trilogía que ha cautivado a los románticos del mundo.
Todos hemos tenido a nuestra Amy (a nuestra Celine) y a nuestro Richard (nuestro Jesse). Y ahora que lo pienso, más triste es todavía si nos ponemos en la piel de Amy, que vivió de los 21 en que conoció al amor de su vida y hasta los 25 en que desapareció definitivamente, sin volver a verlo (al parecer se escribieron durante un tiempo y luego se perdieron la pista).
Como hago también en mi novela, me reafirmo en el tema del «no amor», que no sé si mis poemas expresan pero que cada día me parece más el tema de esta época tan traicionera que nos ha tocado vivir.

Discursos

Tintinéame, amor, con tu cuchillo espejismo brillante sobre la copa desangrada en vino encaje de uvas que al golpear el vidrio pro pronuncia discursos metódicamente libres,
finalmente espeluznantes por la verdad que encierran los guardias de las frases sin descubrir, los refranes recién nacidos, el doble sentido de palabras en dos idiomas
distintos, iguales pero distintos. Me callo mientras hablas y me zambullo en la espuma de tus dictados, en el caramelo fresa que garrapiña tu lengua ácida, mi pequeña por venir, porvenir de grandes aceras, arboleda triste con musicales fuentes, arroyos urbanos entre iglesias y mercados, parque y hospital de escaleras angustiosas y sedante lino blanco para los padres y madres que rezan cánticos profanos de amor a hijos medianos, de los que no se quedan ni se van, aquellos sí, sí saben cultivar el bancal perpetuo, no, no dejan baldías las nutritivas huertas de ayer y ayer, y ayer también estábamos todos que decíamos «¡unísono!», y nos equivocábamos, podría jurar, al prejuzgar nuestros sueños tan grandes en sus calzas de fútbol y en sus livianos saltos de gacela en un cuadro de colores suaves, seguro que beige y amarillo oscuro, manchado con gotas de sudor gratuito, del que se obtiene con el gran esfuerzo de una partida de ajedrez en choques sucesivos de la torre y el caballo contra sus contrincantes más férreos y estratégicos.
Sacúdeme, amor, con plumas al aire a través de nubes de países exóticos, lloviznas de cien alfileres, agua hirviendo de un géiser casero que transporta las esencias de mil besos hacia las mariposas que flotan indecisas de una mano a la otra apoyadas en el hierro de tu balcón.