Juan
Tú no lo sabes, pero aquí estoy yo más de 80 años después haciendo cosas rarísimas por tu culpa. Frikadas, las llama un amigo mío.
Mira, Juan, podría contarte lo que he aprendido de la vida en tu ausencia. También restregarte que he vivido 41 años más que tú. No sé si mejor que tú, eso sí. Todo eso me parecería terriblemente injusto contigo. Sería un imbécil si lo hiciera. También podría cambiar de tema y ponerte los dientes largos con alguna información que de seguro apreciarás. Me refiero a que desde que te fuiste existió Maradona. Y Messi. Por ahí tampoco voy a ir, es cruel. Y tú solo tienes seis años, no te mereces algo así. Aunque tú hubieras sido más de Pelé, es más de tu época. De tu hipotética época, si hubieras vivido.
Cómo es el ego, me tienta a hacerte ver lo que te has perdido, chiquitín.
El otro día me hiciste llorar, cabronazo. Tú allí, de pie en la esquina de la plaza del Raval. El mismo lugar, aunque al otro lado de la plaza, en el que tuvo una bodega mi tío el Adrià. Mi tío abuelo, como tú, pero por parte paterna. Parece que todo ocurrió en ese lugar: tu accidente, la vida de Adrià, sus partidas de cartas con los amigos que iban a tomar el café y el digestive a la salut de tots vosaltres, collons!