Llevo tiempo buscando la verdad
Como un iluso
Me he topado con gente que la daban por perdida
Y vivían entregados a la mentira
Como si fuera la verdad
No hablo de política
O no solo
Hablo de más cosas, las que me han convertido en un ingenuo
Un inocente esclerótico
Quizás la enfermedad me ha dado un respiro
Para pensar, para tumbarme y pensar
Mientras veo Homeland o House of Cards
Esos jueguecitos de manipulación de los gringos
Quiero saber la verdad
O al menos necesito ser capaz de comunicar MI verdad
Si no me permiten saberla
Que será lo más probable
Un pardillo como yo, ¿a quién le importa?
Voy a volver a apagar la televisión
Lo anuncio solemnemente
Mis años más productivos fueron sin telediarios
En EEUU me miraban como a un loco cuando les decía que no tenía televisión
Escucharé podcasts de Radio Libertad Constituyente, me aprenderé cada anécdota de García Trevijano, el viejo promotor de la platajunta, amigo de don Juan y enemigo del traidor Juan Carlos, al que deslumbró con un Maserati descapotable
Quiero decir la verdad
Debería aprovechar ahora, bajo los efectos desinflamatorios de los corticoides recetados para recuperar la visión y deshacerme de la visión borrosa, doble y temblorosa, del ojo derecho, regalo de mi último brote
Hacía 4 años que no tenía un brote, casi lo echaba de menos
No el deterioro físico que conlleva, sí el mensaje subyacente: “aprovecha, vive el momento, carpe diem, mañana puede ser peor, beatus ille, disfruta de tu refugio, locus amoenus, vuelve a enamorarte, tempus fugit, el tiempo se acaba»
Después del coñazo electoral, me retiro
Todavía más
Escribiré de una vez por todas
Todas las verdades que me quedan por escribir
Me duela a quien me duela
Voy a ver qué hace Saúl Berenson
Disculpen