Ha ocurrido algo milagroso, loado sea Lucifer
Once años después de aquel episodio que atacó a la mitad de mí,
Me encuentro de repente curado, oh Satanás
Aunque igual son los corticoides
Una ilusión pasajera
Un sueño
Tal vez despierte
Camino con soltura e incluso me ha regresado sensibilidad,
Parcialmente,
A las manos, a los dedos meñique y anular, exactamente
Podré tal vez volver a escribir a máquina
Golpeando vengativamente con toda mi mano abierta
Y todas mis fuerzas
Como hacía Hemingway de pie frente a su Corona portátil
En Madrid durante la guerra
Para pasmo y lubricación de la periodista Martha Gellhorn
Pero sobre todo, hermanos, está lo de la paz de espíritu
También (bueno, esto no) puede ser por los corticoides
Siempre las drogas, malditas seáis todas
No, esta vez se debe a mi último hallazgo,
a la gema escondida en la piedra
una combinación de aceites que engrasa mis juntas y nervios
Era lógico: debía volver a mi tierra
Al cáñamo y al aceite de oliva virgen extra
A la marihuana (medicinal, de momento) y al olivo milenario
Humildes productos que atemorizan tanto a las farmacéuticas
A los gobiernos y sus dueñas las multinacionales
Mis conductos se calman, mis ancestros se liberan
Todo en mí respira aliviado de décadas a la defensiva
Crítico, cáustico, eléctrico, falso
Gracias a un aceite
Aunque también puede ser por los corticoides
Un sueño
Un alivio momentáneo
Mis manos
¿Dónde estará la Underwood de mi abuelo?