Mundo Dedé

Borradores de la mitad de mí


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5 años

He subido el programa homenaje a mi padre a la nube, espero que desde allí él lo pueda escuchar. Vale mucho la pena, disfrutadlo!

Ahí leo, arropado con la música de mi hermano Héctor González, este poemita. Gracias, Nazario por esa hermosura de programa de radio!

5 años

Señor padre que estás en los cielos
O, como dice Naza, en un viaje muy largo, a un lugar muy lejano
Para mí no te has ido por mucho que a veces vaya a llamarte y mee quede mirando el móvil con cara de me han estafado
A continuación me pongo a pensar a quién podría llamar en tu lugar, quién taparía ese hueco
Salgo al campo confundido y, como decía Ducho, pregunto si han visto a lo lejos a un padre sin un hijo y con una pala
Será que debo graduarme mejor los cristales de las gafas de lejos, las de ver con claridad en los viajes largos
No te has ido porque sé que me mandas mensajes, en sueños o a través de otras personas, que intercedes por mí como cuando sí estabas
Igual que hace tu padre, el abuelo, que ahora te acompaña y me dicta un libro del que me veo incapaz de cambiar una letra sin su permiso
O como hacía la Memé, que lo dejó todo dicho y ahora ya no necesita manifestarse por ningún medio o materia
Se cumplen 5 años y será posible, no me lo puedo creer, qué rápido pasa todo, qué velocidad de crucero
Cuando menos te lo imaginas, los hijos crápulas se convierten en padres íntegros y estos en abuelos gordos y bonachones
Y los niños siguen poblando la tierra y, de repente, todos preguntan si han visto pasar padres sin hijos y con palas
Me tengo que limpiar las gafas


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Un festival de ida y vuelta

ANTONIO-CASTEJÓN+

Retrato de Antonio González Beltrán por Joan Castejón.

El Festival Internacional de la Oralidad se celebra en Elche, su sede germinal (desde la que se ha contagiado como un picor a parte del país y de Latinoamérica) desde hace 23 años. Este año ha vuelto gracias al empeño de Nazario González, su director técnico y también productor en los últimos tiempos, que no admitía la posibilidad de que se perdiera el trabajo de toda una vida de su hermano Antonio (mi padre) (fallecido el año pasado), el director de La Carátula, que cumple en 2014 50 años, lo que la convierte en una de las compañías de teatro más veteranas de España. En esta edición han regresado narradores y participantes muy queridos, tanto por los organizadores como por el público de Elche (o el de Sax, Hondón de las Nieves, la UMH y, a partir de este año, el Club Información) que ha tenido la suerte de conocerlos, una audiencia que se ha ido educando cita a cita en el ancestral arte de escuchar historias. Han acudido a los diferentes escenarios (teatros, claustros, paraninfos, plazas, salas, bares) cuenteros como Laura Dippolito (La Plata, Argentina) o el romancero Matías Tárraga (San Javier, Murcia). Solo en la maratón oral celebrada el martes 18 en el Gran Teatro hubo una decena larga de contadores de historias sobre el escenario, empezando por las palabras de la hija pequeña de Antonio, Marina Teresa, que tiene precisamente 23 años, quiere ser filóloga y se llama así en honor a la también recientemente desaparecida cantautora cubana y entrañable amiga Teresita Fernández. Porque la oralidad llegó a Elche, como aquellos cantes de ida y vuelta, procedente de Cuba y luego regresó al otro lado del océano de la mano de Antonio, uno de los grandes entendidos en este arte escénico, como demuestra entre otras cosas su edición de Cuentos y leyendas populares de Marruecos (Siruela, 2009), una recopilación que ilustraba, por ejemplo, el funcionamiento de la halka en la plaza Jama el-Fna de Marrakech, un dispositivo circular trazado en el suelo que luego utilizó para despedirse con las botas puestas de su público en Harraga, la obra sobre el dramáticamente candente tema de la inmigración ilegal del norte de África a España y que supuso su testamento dramatúrgico. La oralidad fue de regreso a Latinoamérica gracias a Antonio y prueba de ello son los festivales de narración de México DF o de Barquisimeto (Venezuela), su segundo hogar. En 2014 han estado presentes en Elche, como para dar testimonio de esto que digo, cuenteros de ambos países, respectivamente: Mercedes Hernández y Toña Pineda o Marisela Romero (que ya se quedó en Elche). También gentes de Chile (José Luis Mellado), Colombia (Carolina Rueda), Perú (Marissa Amado), Canarias (Pedro Pérez y Gerardo Suárez) o la propia península: Arturo Soi, Mariano Martínez, Maracaibo Teatro, Ana Griott, Itziar Rekalde, Sylvia González, Mago Dexter, Fran Pintadera, Emma López. La narración oral no son ni cuentacuentos ni monólogos cómicos, pero tiene algo de ambos. Se cuenta también para niños o para hacer reír, pero sobre todo es la forma oral de la narración de relatos literarios. Los cuenteros que vienen a Elche desde hace dos décadas son bibliotecas andantes con la gracia de, como decía Antonio, los culebreros, magos, domadores de animales, curanderos, sacamuelas, danzantes, músicos, equilibristas; con el nervio escénico de juglares, bululús, de las cuenteras de harén del palacio Dar el-Majzen, de los narradores de cafetín en los países árabes del oriente mediterráneo, de los cantahistorie italianos, los conteurs franceses, los storytellers británicos… y, naturalmente, añadía Antonio, “de las manifestaciones teatrales que los conquistadores encontraron al llegar a América, así las de los actuales cuenteros latinoamericanos”. Que ahora andan de nuevo por aquí, como un picor, para suerte nuestra.

 

Andrés González Sánchez. Periodista y escritor